Muchas veces nos quedamos con la imagen que nos brinda la televisión o los medios en general. Pensamos entonces, en el terreno sexual, que solo existe un modo de hacer las cosas y que a la larga los resultados siempre serán los mismos. La verdad es que la sexualidad es supremamente extensa y para lograr los mejores resultados deberás intentar múltiples formas de conseguir placer.
Para las mujeres, esto último llega de diferentes formas. El orgasmo femenino está mitificado como algo inalcanzable, pero la verdad es que se puede llegar a él por muchas vías y aquí te decimos algunas de ellas.
Es el más común y fácil de alcanzar para la mayoría de las mujeres (más del 90% de estas admite haber logrado el orgasmo por la estimulación del clítoris). La maravilla es que ese órgano tiene una única función (al menos, conocida): la de entregar placer.
Según los expertos, el punto G se sitúa en la pared anterior de la vagina, más o menos a la mitad de su longitud (aunque varía de una mujer a otra) y al masajear con movimientos circulares o durante la penetración puede dar lugar a orgasmos más intensos y duraderos que los clitorianos.
Se trata de disfrutar de varios orgasmos de forma secuencial (con pequeños descansos entre uno y otro) o en serie (sin descanso por medio). Para iniciarse, se puede intentar el secuencial, que deja breves pausas entre uno y otro y que se beneficia del extra de oxitocina (la hormona del amor) que debe rondar aún por el cerebro en esos momentos.
Muchísimas mujeres pueden lograr el orgasmo con el sexo anal; aunque es verdad que aún existen prejuicios sociales contra esta práctica. La razón es que las paredes del ano están repletas de terminaciones nerviosas y, por ello, es una de las áreas más erógenas de nuestro cuerpo.
Los orgasmos no se producen solo cuando estamos conscientes y despiertos: también se producen en sueños, y las mujeres se benefician más de ellos que los hombres. Además, cuentan con unas facilidades respecto a los órganos ‘conscientes’: en sueños, son más desinhibidas y no les afectan las prisas o los juicios.
En los últimos tiempos, el punto U ha emergido como nueva y necesaria parada del disfrute femenino. Debe su nombre a la uretra y está situado entre el clítoris y la entrada de la vagina, donde las glándulas uretrales. Se puede estimular con la lengua, con los dedos, etc. y proporciona un gran placer que puede derivar en eyaculación, advierten.
El pecho, especialmente el pezón, es una zona muy erógena y su manipulación puede provocar que desprendamos una gran cantidad de oxitocina. Para obtener este tipo de orgamos, hay que masajear antes la zona en torno a tus pechos, torso y vientre para canalizar la circulación en torno a los senos.
¿Buscabas un nuevo aliciente para hacer ejercicio? Algunas posturas y movimientos que se realizan al practicar disciplinas como yoga, bicicleta o, incluso, pesas, pueden estimular los músculos centrales y facilitar las contracciones pélvicas que, a su vez, pueden llevarnos al orgasmo. Ya en 1953 el sexólogo Alfred Kinsey habló largo y tendido sobre este tema que puede incluir desde abdominales a espalderas. La tensión abdominal parece ser, aquí, básica.
Según los sexologos, este es uno de los orgasmos más poderosos que se pueden experimentar. ¿Ni siquiera sabes a qué se refiere? Es cuando la intensidad del placer es tan grande que agita tu cuerpo desde los pies a la cabeza. Para conseguirlo, recomienda la penetración vaginal profunda.
Esta entrada ha sido publicada el 28/05/2021 10:30
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