Si sientes que la actividad sexual con tu pareja se ha convertido en algo monótono, te comento que la práctica sexual del tickling podría ayudarlos a mejorar la situación.
Sin dudas uno de los grandes miedos de todas las parejas románticas es la monotonía, pues lo de ser rutinarios en el sexo puede matar la pasión. Sinceramente, cuando las parejas ya saben lo que a ambos les gusta es bastante fácil caer en lo predecible, sienten que no hay necesidad de probar cosas nuevas si ya saben lo que tienen que hacer.
En el caso de que quieras salir de ese círculo vicioso, el tickling podría ser una muy buena opción. Esta es una práctica sexual que produce bastante placer a quienes la prueban y para darte toda la información que necesitas sobre ella es el artículo de hoy. ¡Ya comenzamos!
¿Qué es el tickling?
El tickling como actividad sexual se incluye en el manual de BDSM. Consiste en realizar cosquillas suaves por todo el cuerpo con las manos o con herramientas, estas pueden ser algo tan simple como una pluma.
Los estímulos en la piel pueden ser el mejor catalizador para potenciar la excitación y favorecer el orgasmo gracias a todas las terminaciones nerviosas de la epidermis. Por lo tanto, si vas a practicar tickling, no te limites solo a la espalda de la pareja, recorre todo su cuerpo y ejerce el fetiche de cosquillas en zonas como los pezones y el perineo.
En el caso de que seas tú quien las vas a recibir, descubre cuáles son las zonas de tu cuerpo que mejor responden al tacto. En esta exploración quizás encuentres una nueva forma de sentir placer.
En la práctica del tickling también han aparecido innovaciones, es el caso del uso de vibradores líquidos. Este invento no es otra cosa que geles especiales que, al entrar en contacto con la piel, tienen un efecto vibrador. Lo puedes aplicar para aumentar la sensación de cosquilleo.
Áreas sensibles para practicar las cosquillas eróticas
Las axilas son una de las partes del cuerpo más sensible a las cosquillas. Seguidas por orden decreciente la cintura, las costillas, los pies y las rodillas. También se pueden agregar las zonas del cuello, detrás de las orejas, las ingles y los pezones, que por su sensibilidad son más fáciles de estimular.
Formas de practicar tickling
Para entender mejor qué es el tickling debo explicarte los dos tipos de cosquillas que existen. Por eso te invito a prestar atención a los siguientes párrafos.
Knismesis
Es la sensación de hormigueo intenso y agradable que se puede generar con el roce de una pluma. En realidad, es bastante similar al efecto que producen las moscas, pero como se tiene control del estímulo y la respuesta, es mucho más placentero.
Gargalesis
Esta es quizás la cosquilla más compleja, pues se intenta mediante actividades lúdicas como los juegos. Son muy útiles para fomentar y fortalecer los lazos afectivos entre los que se dan a la práctica de la misma.
En cualquiera de los dos casos, la idea no es que te mueras de la risa, sino que se produzca un ambiente de tensión erótica preliminar que contribuya a dinamizar el coito.
¿Cómo practicar el tickling?
Es bastante frecuente que el tickling se practique con la persona atada o incluso con los ojos vendados. De esta manera se hacen mejor las cosquillas o se desarrolla un juego de roles de dominación y sumisión que favorezca la excitación de ambos.
Sin embargo, también es normal que llegue un momento donde no te haga ninguna gracia el tickling y desees parar. No es casual que las cosquillas hayan sido un instrumento de tortura muy eficaz porque además no deja señales.
Para evitar esta situación incómoda, lo mejor es definir una palabra de seguridad que signifique que es necesario detenerse en ese mismo instante.
Otra de las recomendaciones para insertar el tickling en las relaciones es utilizar la imaginación. No solo sirven las manos, puedes auxiliarte de plumas, vibradores e incluso comida, todo con el fin de provocar diferentes sensaciones de variada intensidad.
Trucos para practicar tickling
A parte de dar riendas sueltas a tu imaginación, te doy algunos trucos para causar mejor estas cosquillas:
- Prueba en diferentes áreas del cuerpo hasta que descubras lasque sean más sensibles a las cosquillas o produzcan más placer.
- Cambia de zona con frecuencia, quedarse todo el tiempo en el mismo lugar puede dar pie a que tu pareja se agobie.
- Como habíamos dicho, emplea distintos objetos para provocar la sensación de cosquilleo. En la práctica funciona casi cualquier objeto que sea suave y que estimule la piel.
- Usa también tu cuerpo. Puedes hacer cosquillas con la lengua, los dedos o incluso la nariz, creando una estimulación doble.
- Si quieres intensificar las sensaciones puedes optar por vendar los ojos de tu pareja, limitar su movimiento o atarla.
Una vez hemos visto todas estas informaciones, podemos concluir que el tickling puede ser parte de los juegos preliminares sin ningún tipo de problemas. El éxito de esta práctica está garantizado, pues cuando las cosquillas provocan que se liberan endorfinas y además, al reír, se activan zonas del cerebro que están relacionadas con el placer.
Todo esto causa que la persona se excite y sea capaz de conseguir orgasmos más intensos.
Podemos concluir que, en cuanto a la acción en sí, el fetiche de cosquillas no está limitado a ninguna parte en concreto, pudiendo ejecutarse por todo el cuerpo. Las zonas más tradicionales son la ingle, los pezones, detrás del cuello o los dedos de los pies.
Sin embargo, con esta práctica todo el cuerpo se convierte en una gran zona erógena, aunque lo mejor es probar para ver qué áreas excitan más a nuestra pareja. En definitiva, el tickling es una técnica que además de permitirte disfrutar del sexo, también te garantiza experimentar sensaciones divertidas.
Si te ha gustado el artículo de hoy, te invito a que explores otras secciones de nuestro blog, siempre estamos repletos de información curiosa.
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