En materia de sexo hay muchas prácticas de riesgo que le agregan adrenalina a cada experiencia. Y si bien ya es común que se normalice la práctica de orgías e intercambios de pareja, hay ciertas tendencias que tienen más puntos negativos que positivos: un claro ejemplo es la ruleta sexual.
Si deseas conocer en qué consiste, y qué riesgos entraña su práctica, te invitamos a que sigas leyendo.
¿Qué clase de juego es la ruleta sexual?
Para describir un poco en qué consiste la “ruleta sexual”, se trata de una especie de juego en que participan tanto hombres como mujeres, aunque es mayormente popular entre adolescentes y jóvenes.
En este, los hombres se sientan formando un círculo con sus miembros erectos, mientras que un número inferior o similar de mujeres va sentándose encima de los miembros uno tras otro, realizando un “coito” de aproximadamente 30 segundos.
El juego termina cuando el primer hombre eyacula, considerándose que ha perdido. A menudo este tipo de juegos se realiza acompañado de alcohol y drogas. Por tanto, no se toman demasiadas precauciones en cuanto a protección y lubricación, de ahí las no pocas consecuencias negativas de esta práctica.
Riesgos y consecuencias de la ruleta sexual
Por la dinámica del juego, es imposible que se deseche y renueve un condón cada 30 segundos, durante todo el tiempo que puede durar el mismo. Asimismo, no se suelen tomar en cuenta que muchas enfermedades pueden contagiarse a pesar de que se utilice un condón.
Por tanto, algunos de los riesgos que tiene este juego sexual de moda son:
1. Embarazos no deseados en adolescentes y jóvenes
Está de más decir que, no siempre se emplean condones en este juego, bien por ser practicado por adolescentes o jóvenes inmaduros, o porque se añaden a la fórmula drogas y alcohol. El resultado más probable será un embarazo no deseado en una o varias chicas que hayan participado.
Incluso aunque se usen condones, estos pueden romperse debido a la inmediatez del juego y la falta de lubricación vaginal. El resultado, en tales casos, es muy probable que sea el mismo a menos que las participantes empleen un método anticonceptivo aparte.
2. Contagio de ITS
Considerando que más de un 50% de los hombres que padecen infecciones de transmisión sexual no presentan ningún tipo de síntomas, esta práctica que claramente alienta la promiscuidad aumenta las probabilidades de que se contagien ITS curables o sin cura, que no son pocas.
No hay que olvidar que, en algunos casos, estas enfermedades también pueden ubicarse en lugares que el condón no cubre, como los muslos, los labios de la vagina o el escroto. Por tanto, el riesgo de contagio no se ve disminuido ni siquiera con un método de barrera como el preservativo.
3. Vaginismo en las mujeres
Ante la falta de lubricación, no es extraño que las mujeres participando terminen sufriendo vaginismo, que es una contracción involuntaria de las paredes de la vagina. Esto hace sumamente doloroso, cuando no imposible, el coito o cualquier tipo de penetración.
Además, por la misma ausencia de lubricación, pueden ocurrir heridas y desgarros en la vagina, lo que la hace más susceptible a contraer infecciones.
4. Fractura de pene
Aunque no tan frecuentemente como el vaginismo, pueden suceder fracturas de pene. Esto, porque la posición forzada en que ocurre la penetración podría forzar el ángulo del miembro, sin contar la falta de lubricación, que también afecta a la contraparte masculina.
A la vez es muy probable que el hombre no se dé cuenta de que se ha lesionado hasta después de haber concluido la relación sexual.
¿Qué opinión tienes de la llamada “ruleta sexual”? ¿Consideras que exageramos al considerarla una tendencia de riesgo? Coméntanos qué opinas al respecto.
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