El sexo en realidad virtual ya no es patrimonio de los libros y películas de ciencia-ficción. No solo lo tenemos en forma de porno interactivo, sino en multitud de juegos de sexo en realidad virtual. ¿Pero cómo funciona y cuál es la experiencia que aporta? ¿Vale la pena? ¿Cuál es el futuro de esta tecnología? Antes de responder a estas preguntas, dejaré claro qué es el sexo en realidad virtual.
El sexo en realidad virtual, sexo virtual o simplemente sexo RV, es una tecnología que hace posible tener relaciones con personas a distancia, o con personajes de computadora (avatares).
Para ello, se emplean gafas de realidad virtual y juguetes sexuales controlados desde el ordenador, teléfono móvil, tablet, etc. De tal forma que no solo puedes ver y escuchar, sino “tocar” y recibir sensaciones táctiles en cierta medida, lo que conduce a una experiencia que tiene algunas similitudes con la del sexo real.
¿Pero cómo se ve el sexo en realidad virtual? ¿Es realmente satisfactoria o deja mucho que desear?
La respuesta a cómo se ve el sexo en realidad virtual, es algo que depende a grandes rasgos de si hablamos del porno RV o de los juegos de sexo en realidad virtual.
En el primer caso, el sexo con gafas de realidad virtual puede ser muy fidedigno, casi siempre en videos 4K 360º con sonido 3D envolvente. Visualmente hablando, tu cerebro no distingue las imágenes de la realidad. Y, por ende, la excitación producida a través de los ojos es la misma (o casi la misma) que si tuvieras una persona delante.
En cuanto a las sensaciones, se utilizan masturbadores y otros sex toys sofisticados que actúan sincronizados con los movimientos del o la modelo que protagoniza el video. Por ejemplo, tenemos los juguetes de Lovesense, que se conectan vía Bluetooth y facilitan una variedad de configuraciones para que tengas el control total de las sensaciones.
En cuanto a los juegos de realidad virtual y el sexo, cabe decir que la fidelidad de la imagen no es tan buena, pues se trata de avatares computarizados y no de modelos reales.
Aunque el nivel de realismo de los personajes depende, en realidad, del talento y las posibilidades técnicas de los diseñadores y programadores, lo cierto es que todavía no se ha logrado un avatar 100% realista. Eso sí, la experiencia táctil es la misma que en el porno RV, pues los juegos también acuden a juguetes sexuales interactivos.
Un buen ejemplo del sexo con personajes de computadora es el BKK Cybersex Cup, que incluye casco de realidad virtual, masturbador y aplicación para teléfono celular Android o iOS.
Este sistema te permite tener sexo con una chica 3D que puedes configurar a la medida de tus preferencias, desde el color de la piel y la forma del cuerpo, hasta el peinado y la ropa que trae puesta. Para reflejar tus movimientos en el entorno computarizado, el masturbador cuenta con sofisticados sensores de movimiento.
Ya se trate de porno RV o de juegos de sexo en realidad virtual, lo cierto es que hay varias limitaciones. Entre ellas, las de los sentidos y las de la interactividad.
Las limitaciones de los sentidos son obvias, ya que en el sexo en realidad virtual solo intervienen 3 sentidos: vista, audición y tacto. Y, así todo, el tacto está restringido a los genitales. Es decir que, fuera de los efectos del aparato masturbador, no sientes nada más (por ejemplo, no puedes sentir el calor o la suavidad de la piel).
La única excepción quizás sea el Full Body Virtual Interface, un sistema japonés que incluye un traje estilo buzo con sensores táctiles de alta sensibilidad para simular las sensaciones en todo el cuerpo y transmitir al ordenador el movimiento del jugador. Pero a esta tecnología aún le falta mucho por madurar.
Por otro lado, las limitaciones de interactividad también son considerables. Y es que tu libertad de acción no es, ni de lejos, parecida a la que te ofrece una pareja de carne y hueso en la vida real. Por muy sofisticado que sea un sistema, recuerda que al final no tienes ningún cuerpo físico delante.
La solución a los problemas mencionados residen en combinar robots sexuales con entornos de realidad aumentada, diseñar robots sexuales completamente realistas, o lograr interfaces cerebro-máquina que te permitan sumergirte completamente en un sueño virtual (como la Matrix). Pero para llegar a estas soluciones todavía queda un largo camino por delante, y pasarán al menos par de décadas antes de que se materialicen. Si quieres saber más, visita este artículo que habla sobre el sexo del futuro.
Mientras tanto, el sexo de realidad virtual es una experiencia interesante si deseas probar algo nuevo, o una solución parcial para las personas solitarias o que llevan largo tiempo sin pareja. Pero en lo que respecta al futuro, la última palabra la tienen los expertos en el diseño y desarrollo de estos sistemas.
Un ejemplo concreto de la dirección que estamos tomando es VirtualDolls.
VirtualDolls es el nuevo dispositivo de silicona, bajo presión, equipado con una ranura gracias a la cual será posible simular un coito.
Este “controlador” se vende junto con un videojuego erótico en RV: Girls of Arcadia. El videojuego es muy sencillo, primero salvas a una dulce y pequeña doncella vestida de los bestias que la secuestraron, y luego obtienes tu recompensa (el final feliz, en resumen).
Si eres perezoso y no te importa mucho salvar a la doncella, tendrás la oportunidad de saltarte el reto e ir directamente al acto sexual con la pareja seleccionada.
Esta entrada ha sido publicada el 26/01/2020 21:43
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