La eyaculación precoz es un dolor de cabeza para muchos hombres, motivo de insatisfacción, vergüenza y hasta de ruptura en algunas parejas. La buena noticia es que se conocen sus síntomas, causas y soluciones. Pero antes veamos qué es la eyaculación precoz, ya que muchas personas no lo tienen claro.
La eyaculación precoz es aquella en que el hombre eyacula antes de lo que desea él o su pareja. Por tanto, se trata más bien de control que de tiempo. No se puede decir que un hombre sea eyaculador precoz porque dure 1, 2, 3… minutos, sino porque no puede controlar dicho proceso.
Un dato sobre la eyaculación precoz, es que se trata de un problema sexual más común de lo que parece. En efecto, 1 de cada 3 hombres lo han padecido alguna vez o la padecen con frecuencia. Así que si lo sufres, has de saber que no es cosa para avergonzarse.
Esto, sin embargo, no significa que haya que conformarse. Se trata de un problema real que produce angustia y frustración. En primer lugar, porque no disfrutas todo lo que quisieras. Y en segundo lugar, porque tu pareja tampoco lo hace. O no lo disfruta en absoluto pues, sobre todo si es mujer, no tiene tiempo para tener orgasmos.
La eyaculación precoz puede tener causas biológicas, psicológicas o ambas. Entre las psicológicas, que son las más frecuentes, se encuentran:
Entre las causas biológicas, podemos mencionar:
Los que sufren de eyaculación precoz se quejan de la falta de control y la aprensión sobre la incapacidad de retrasarla.
Esta disfunción puede conducir a una baja autoestima, baja autoeficacia, sensación de insuficiencia, frustración, falta de asertividad y disminución del deseo, placer sexual/satisfacción con repercusiones en las relaciones.
El malestar también lo experimenta la pareja que, sin querer, agrava el trastorno y lo sufre él mismo. A menudo la eyaculación rápida es leída por la pareja como una falta de respeto y atención o como un signo de egoísmo.
La buena noticia es que las causas físicas tienen tratamiento si acudes a un especialista, y por lo general incluyen tratamientos con fármacos, cambios de dieta, ejercicio físico, etc. Y las causas psicológicas se pueden abordar mediante psicoterapia, incluyendo aquellas especialmente diseñadas para resolver este problema. También son útiles la meditación y los ejercicios de control de la eyaculación.
Entre estos últimos caben mencionar la técnica de compresión, los ejercicios Kegel y las técnicas de control de la respiración y el músculo pubococcígeo. Pero de ello hablaré en una próxima entrada de este blog, ya que se trata de un tema algo más extenso.
Lo más importante es que reconozcas que tienes un problema y abras tu mente a las posibles soluciones y el esfuerzo que, naturalmente, tendrás que hacer si quieres hacer progresos. Y, en tanto lo haces, no te culpes ni te avergüences por ser eyaculador precoz. Se trata de una condición médica, cosa que no te hace menos hombre ni inferior a los demás.
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Esta entrada ha sido publicada el 26/01/2020 22:10
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