Si en estos momentos te estás preguntando qué es la altocalcifilia, puede que sea debido a que has escuchado el término en compañía de palabras como sexo y tacones. Y lo cierto es que, aunque se encuentra dentro del que es considerado un fetiche más abarcador, son los tacones de más de 9 cm los que atraen la atención en este caso.
En este post te invitamos a conocer más sobre ese fetiche, cómo se manifiesta en ambos sexos, y los guiños al mismo incluso en la cultura popular.
La definición de altocalcifilia nos habla del fetiche que experimentan ciertas personas, sin importar su género, hacia la visión de tacones altos. Lo mismo si son ellos mismas u otros quienes los llevan puestos.
El ver e interactuar con los tacones, genera una excitación que puede resultar crucial para alcanzar las máximas cotas de placer. A la vez se relaciona con el “retifismo”, que es el fetiche de los zapatos, propiamente dicho.
La altocalcifilia se da más en varones. Sin embargo, las mujeres también pueden sentirse atraídas hacia los zapatos de tacón alto, sin importar si son ellas las que los lucen, u otras mujeres u hombres.
La excitación y el disfrute no se reduce exclusivamente al admirar los zapatos calzados o sin calzar, sino que el morderlos, lamerlos o desenfundar los pies de los mismos también resulta muy placentero.
Aunque muchas mujeres nos sentimos ultra-sexys y femeninas al calzar tacones bien altos, la verdad es que son bastante incómodos en la práctica, sobre todo si tenemos que caminar sobre el asfalto.
Esto no quita que nos encanten estos zapatos que estilizan nuestra figura y nos hacen ver más altas. La realidad es que los tacones ejercen una serie de cambios posturales que resaltan nuestros atributos femeninos: arqueamos más la espalda, empinamos el trasero y proyectamos más los senos.
Sin embargo, el fetiche con los tacones en las mujeres va más allá, y terminamos incorporándolos como accesorio al que no le perderemos la vista durante el coito.
En cuanto a los hombres que disfrutan ver a las mujeres que usan zapatos de tacón alto, se cree que tienen mayor tendencia aquellos atraídos a mujeres altas u oficinistas.
Sin embargo, el erotismo de los tacones no necesariamente se reduce a un tipo de hombre o las preferencias que estos tengan, pues definitivamente estos calzados han sido asociados comúnmente al sexo femenino.
Algunos hombres incluso alegan que prefieren que las mujeres usen tacones, porque estos las obligan a caminar más lento, de modo que pueden apreciarse mejor los movimientos de sus caderas y disfrutar de su figura.
Con frecuencia, los zapatos de tacón alto se asocian a otros fetiches como el sadomasoquismo y el BDSM. En estos, los tacones empleados por las dominatrix son un símbolo de poder, y no a pocos hombres y mujeres les atrae la idea de ser torturados y pisoteados por este tipo de calzado.
Asimismo, el uso de tacones ha probado ser una forma de mejorar la satisfacción sexual femenina: Su utilización promueve una mayor firmeza en el suelo pélvico, el cual es esencial para el disfrute adecuado de las relaciones sexuales.
Sin embargo, estos pueden traer también problemas posturales, por lo que tampoco es recomendable que se abuse de los mismos, ¡sin hablar de los juanetes y ampollas!
Por su estrecho vínculo con la feminidad, no es extraño que se hayan usado desde hace mucho tiempo los tacones altos, como un poderoso símbolo, a veces estereotípico, y otros, innovador:
Este filme del cineasta español Pedro Almodóvar versa sobre la relación de una artista y cantante retirada por 15 años de los escenarios, con su hija. La película que nos adentra en el mundo femenino, con sus tensiones y emociones, hace una clara referencia a la altocalcifilia mediante el cartel promocional:
En este, un zapato de tacón alto tiene sustituido el mismo por un barril y cañón de un revólver.
Hace algunos años, en una presentación que fue tan impactante como innovadora, tres atractivos bailarines se presentaron bailando con botines de aguja. Demostrando gran pasión y por supuesto, una enorme habilidad, ya que no es sencillo para muchas mujeres siquiera caminar en zapatos tan altos, como para ponerse a bailar al ritmo de Beyoncé.
Con un giro más fetichista, se nos presentan las distintas versiones de Catwoman, una antiheroína con traje de cuero pegado y botines altísimos. Así mismo se mostró Anne Hathaway en este filme de la trilogía El Caballero Oscuro, en donde pateó varios traseros sin perder ni un segundo el equilibrio.
En esta popular serie norteamericana, el esposo de la protagonista Bree Van de Kamp lleva en secreto un amorío en que el principal atractivo son los matices fetichistas.
Descubrimos esto a través de una escena en que el señor Van de Kamp pide que su amante camine sobre él con sus tacones altos.
Lo cierto es que es innegable la atracción vinculada al uso de los tacones en mujeres (y a veces en hombres, aunque en estos casos la asociación con lo femenino siempre está ahí). Sin embargo, hay una diferencia entre disfrutar de la forma en que estilizan la figura, o cómo quedan calzados en un pie femenino, y depender de su uso o presencia en la cama.
Aunque la altocalcifilia no se considera una parafilia dentro del Manual Diagnóstico de Psiquiatría, no hay que ser un experto para deducir que la necesidad de un objeto para alcanzar el placer sexual, sin el cual sería imposible lograr la satisfacción y el orgasmo, no es un buen indicativo.
Por ello, en lo que se refiere al fetiche de los tacones altos o altocalcifilia, hay que prestar atención a la forma en que se presenta, y si realmente son los tacones los que excitan, o es la combinación de los mismos con la anatomía de quien los usa.
Esta entrada ha sido publicada el 14/09/2021 11:00
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