La conducta sexual compulsiva, también recibe el nombre de adicción al sexo, trastorno de adicción al sexo o adicción sexual, es una preocupación excesiva por fantasías, impulsos o conductas sexuales que es difícil de controlar, provoca angustia o afecta de manera negativa la salud, el trabajo, las relaciones u otros aspectos de la vida.
La conducta sexual compulsiva puede comprender una variedad de experiencias sexuales normalmente agradables: la masturbación, el cibersexo, múltiples parejas sexuales, el consumo de pornografía o pagar por sexo. Cuando estas conductas sexuales se transforman en un elemento esencial de la vida de una persona, son difíciles de controlar y son disruptivas o perjudiciales para ella o para los demás, pueden considerarse conductas sexuales compulsivas.
Aunque las causas de la adicción al sexo son inciertas, pueden comprender, primero, un desequilibrio de las sustancias químicas naturales del cerebro, como la serotonina, la dopamina y la norepinefrina, que ayudan a regular el estado de ánimo. Estos niveles elevados pueden estar relacionados con la conducta sexual compulsiva.
Cambios en las vías cerebrales: la conducta sexual compulsiva es una adicción que, con el paso del tiempo, podría provocar cambios en los circuitos neuronales del cerebro, especialmente en los centros de refuerzo del cerebro. Como ocurre con otras adicciones, con el tiempo, se suele necesitar contenido y estimulación sexuales más intensivos para obtener satisfacción o alivio.
Trastornos que afectan el cerebro: ciertas enfermedades o problemas de salud, como la epilepsia y la demencia, pueden provocar daños a las partes del cerebro que controlan la conducta sexual. Además, el tratamiento de la enfermedad de Parkinson con algunos medicamentos agonistas de dopamina puede provocar conducta sexual compulsiva.
La conducta sexual compulsiva puede ocurrir tanto en hombres como en mujeres, aunque puede ser más frecuente en los primeros. También puede afectar a cualquiera, sin importar la orientación sexual.
Los factores que pueden aumentar el riesgo de tener una conducta sexual compulsiva comprenden: Facilidad de acceso a contenido sexual. Los avances tecnológicos y de las redes sociales permiten el acceso a una cantidad cada vez mayor de información e imágenes de contenido sexual intenso. Privacidad. La discreción y la privacidad de las actividades sexuales compulsivas tienden a permitir que estos problemas empeoren con el tiempo.
Además, un mayor riesgo de tener una conducta sexual compulsiva puede presentarse en personas con las siguientes características: problemas de abuso de drogas o alcohol, otra enfermedad de salud mental, como el trastorno del estado de ánimo (depresión o ansiedad) o la adicción al juego, conflictos familiares o miembros de la familia con problemas, como la adicción; y antecedentes de abuso sexual o maltrato físico.
La persona tiene fantasías, conductas sexuales e impulsos intensos y recurrentes que le consumen mucho tiempo y siente que no puede controlar. Se siente atraída a mantener conductas sexuales, después libera la tensión, pero también siente culpa. Intenta reducir o controlar sus fantasías, impulsos y conductas sexuales sin éxito.
Esta entrada ha sido publicada el 27/04/2021 11:30
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es perfecto como tratas el tema muy natural y siempre hay que hacerlo de una forma sana . Enhorabuena por tu blog