La pedofilia es uno de los fetiches que mayor alarma social ha causado a lo largo de la historia. Por eso, veamos qué es la pedofilia y en qué se diferencia de la pederastia.
¿Qué es la pedofilia?
La pedofilia es una parafilia o comportamiento sexual inusual que se caracteriza por la atracción sexual hacia menores de edad. Pero eso no significa que los pedófilos no les gusten únicamente los niños, sino que estos forman parte de su conjunto de preferencias.
Y, por supuesto, no se aplica el término de pedófilo a los menores de 16 años o al menos 5 años mayores que el niño objeto de la atracción y fantasías sexuales. Por ejemplo, no se considera pedófilo a un joven de 18 años que le guste una niña de 13 años.
Sin embargo, estos criterios de edad varían según el país y son motivo de controversia en la comunidad psicológica. Por ejemplo hay muchos lugares del mundo (incluyendo estados de los Estados Unidos), en que el casamiento entre adultos y niños de 12-14 años es legal.
Lo que sí es un consenso unánime es que la pedofilia puede ocasionar daños psicológicos y hasta físicos en los niños objeto de deseo sexual. De ahí que se considere un trastorno mental.
Algo muy importante aquí es reconocer la diferencia entre pedofilia y pederastia, lo que veremos a continuación.
¿Qué diferencia hay entre la pedofilia y la pederastia?
La pederastia es el abuso sexual contra niños, mientras que la pedofilia no va más allá de la atracción sexual, las fantasías, etc. Como es lógico, se trata de una consecuencia de la pedofilia, pero no implica que necesariamente todos los pedófilos hayan cometido un acto de pederastia.
La pederastia tiene como característica principal la asimetría. Es decir, el pederasta quiere hacer algo que el niño no, así que lo fuerza. Y por ello se considera abuso. De hecho, dentro de la pederastia se incluyen actos que van desde el roce con intenciones sexuales hasta la violación, el asesinato e incluso la necrofilia.
La pederastia puede ser traumática para la víctima, ya que el niño lo ve como una violación de su integridad física y psicológica. El trauma ocasionado puede afectar su desarrollo normal a lo largo de toda la vida, dejando secuelas incluso en la adultez. Estas secuelas puede ser similares a las ocasionadas por maltrato físico de otra índole, abandono emocional, etc.
De ahí que los actos de pederastia se consideren, en la mayor parte del mundo, un delito. Las penas varían notablemente, desde los 10 años con prohibiciones hasta la castración química. Del mismo modo, varían los criterios para decidir si se trata de pederastia o de otra clase de delito sexual.
Por desgracia, la pederastia sigue siendo un asunto al que muchos países no dan la importancia que deberías. Y se siguen cometiendo delitos de abuso sexual contra menores de edad en muchas partes del mundo sin que las autoridades tomen las medidas adecuadas.
Si te pareció útil este artículo, compártelo en tus cuentas de redes sociales o déjame un comentario para saber qué opinas al respecto.
Deja una respuesta