El orgasmo es la meta común deseada tanto por hombres como mujeres cuando están manteniendo relaciones sexuales. Sin embargo, más allá de compartir algún cruce de caminos como la liberación de oxitocina, el aumento del ritmo cardíaco y la respiración, y por supuesto esa magnífica sensación subjetiva de liberación de placer, cada uno tiene el suyo diferente para llegar al final del recorrido, lo que hace que ambos compartan menos cosas de las que parece.
En el siguiente texto te hablaremos de las diferencias que tienen las mujeres y los hombres en materia de orgasmos.
Diferencias claves
La primera gran diferencia entre ambos orgasmos es el tiempo requerido para llegar a él. Las mujeres suben la montaña por una carretera larga y llena de curvas mientras que los hombres suelen ir mucho más rectos. Por lo tanto, el sexo masculino es mucho más rápido llegando al orgasmo, lo cual no quiere decir que sea mejor. De hecho suele ser uno de los problemas que impide el éxito en algunas relaciones heterosexuales.
La capacidad de las mujeres para rápidamente poder volver a coger el camino del orgasmo es otra de las grandes diferencias, ya que los hombres suelen necesitar un mayor tiempo de recuperación para poder acometer de nuevo. Además, la importancia del cerebro en el orgasmo es mayor en las mujeres, ya que dan mayor cabida en él al cerebro, mientras que los hombres tienen un orgasmo más puramente físico.
Otra notoria diferencia entre ambos es qué ocurre después de llegar a la meta. Las mujeres no eyaculan por lo que tienen la capacidad si lo desean de esconder su orgasmo o incluso fingirlo pero en los hombres esto último es muy difícil de conseguir porque dejan prueba en forma de eyaculación.
La duración del orgasmo también varía bastante de un sexo al otro. Las contracciones que se producen durante el mismo en los hombres son menos y más cortas, lo que explica que apenas dura unos pocos segundos su punto más álgido. En las mujeres ocurre lo contrario, ya que las contracciones tienen un ritmo mayor y pueden durar bastante más, provocando más espacio de tiempo de liberación de placer.
Los síntomas musculares que se producen a lo largo de todo el camino que lleva al orgasmo también son opuestos porque mientras en la mujer se produce una relajación paulatina de los músculos de la vagina, en el hombre ocurre todo lo contrario ya que su pene aumenta de tamaño, se erecta. Además, durante ese parte del coito, el hombre vive en un proceso de excitación mucho más evidente que la mujer, cuyos signos aparecen paulatinamente y no tan de golpe como en los varones.
En cualquier caso, lo importante para las las personas heterosexuales es entender que no se parece tanto lo que ellos sienten con lo que sienten sus parejas, por lo que deben conocer estas diferencias para poder ponerse en su piel y de esa manera asegurarse el éxito a la hora de darle el mayor placer posible durante el acto sexual.
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