En Internet existe mucha información sobre sexualidad. Y ni hablar de la ingente cantidad de libros sobre el tema disponibles en todas las librerías. Pero mejorar tu vida sexual no se resuelve solamente leyendo, aunque esto es un comienzo. En realidad, se trata de un entrenamiento que requiere de un buen coaching sexual. De esa forma, podrás corregir la trayectoria hacia tu meta con la ayuda de un coach sexual capacitado.
El coaching sexual es un trabajo cuyo objetivo es conseguir la satisfacción sexual de la pareja. Y también del individuo con dificultades para encontrar pareja o tener relaciones sexuales plenas. Como tal, el coaching sexual es dirigido por un especialista llamado coach sexual, cuya misión es determinar las causas del problema y establecer un curso de acción para solucionarlo.
Pero no siempre es necesario que haya un problema sexual para acudir a un coach sexual. La pareja o el individuo simplemente pueden simplemente querer mejorar sus relaciones sexuales para salir de la rutina y así obtener una mayor gratificación en una relación de pareja más plena y armoniosa.
El coaching sexual trabaja la sexualidad de forma global.
Por un lado, tenemos la dinámica psicológica: pensamientos, emociones, sentimientos, etc. Y también las posibles causas físicas del problema sexual: impotencia sexual, condiciones de salud adversas, etc. En este último caso, el coach sexual suele remitir a un sexólogo clínico.
Por otro lado, se analiza el impacto de aspectos externos a la pareja o el individuo, como pueden ser las relaciones interpersonales (trabajo, familia, vecinos, etc.), la situación económica y otras.
Combinando todas las aristas posibles, se puede detectar de manera eficaz qué es lo que no está funcionando o qué aspectos se han de mejorar bajo la guía del coach sexual.
Empecemos por dejar claro lo que no es un coach sexual. En primer lugar, no es un mago, sino un guía capacitado que te ayudará a mejorar tu vida erótica. Como tal, no puede lograr por ti más de lo que estás dispuesto a hacer tú y tu pareja.
Tampoco es un terapeuta a quien contarle tus problemas. Ni te enseñará ningún truco especial que mejorará tu vida sexual en cinco minutos. Y mucho menos resulta un medio para lograr que tu pareja adquiera determinada conducta sexual solo porque tú lo desees.
Si te sirve la analogía, el coach sexual viene a ser como un asesor personal en términos de relaciones sexuales. Solo eso. Su misión es evaluar, observar, guiar, indicar y sugerir. Todo ello sin establecer contacto físico ni implicarse de ninguna manera con la relación.
Una distinción que cabe aclarar es coach sexual vs. sexólogo clínico. Aunque parecen lo mismo, hay una diferencia substancial.
El sexólogo clínico atiende a personas con patologías: disfunciones sexuales, parafilias, relaciones disfuncionales, etc. En cambio, el coach sexual trabaja sobre las ideas y creencias limitantes, así como el desconocimiento de tu propio erotismo, que impiden que tus relaciones sexuales sean completamente satisfactorias.
Esta entrada ha sido publicada el 23/10/2019 11:30
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