Quizás en algún momento de nuestra vida nos hemos sentido atraídos por un chico o chica mala. Especialmente en la adolescencia, en que las actitudes rebeldes nos llevan a idolatrar e imitar a las figuras rebeldes que se mantienen al margen de la ley.
Pero seamos claros, hay una gran diferencia entre ese aparente chico malo que te gustaba en el Instituto, pero que secretamente escuchaba a Taylor Swift; y la hibristofilia, que no es otra cosa que la tendencia a sentir atracción por las personas peligrosas o propensas a dañar a los demás.
La hibristofilia es considerada un tipo de parafilia, puesto que su existencia podría poner en peligro la integridad física y mental de la persona que la padece. Y su principal característica, que puede tomar varios matices de acuerdo a la persona, es la atracción romántica o sexual por delincuentes, asesinos y criminales justamente por su condición.
Es decir, se trata de personas que encuentran atractivos y deseables para encuentros eróticos o incluso para relaciones a largo plazo, a personas que han sido encontradas culpables de actos tan atroces como asesinatos, violaciones, canibalismo, etc.
Aunque no hay un género específico para este trastorno, la hibristofilia en hombres no es frecuente, siendo las mujeres heterosexuales quienes con más propensión sienten esta atracción. Son muchas las teorías que pretenden explicar este trastorno:
Cada una de estas teorías deja cabos sueltos, por lo que el origen de este trastorno sigue sin ser claro. Un test de hibristofilia tampoco sería acertado, puesto que se trata de un fetichismo abstracto.
Para aportar un poco de luz al concepto, es interesante saber cómo experimentan los hibristófilos esta atracción fatal:
Por lo general, las personas, y más frecuentemente mujeres, que se sienten atraídas de forma romántica y sexual por criminales, tienen la firme creencia de que con su amor pueden cambiar al criminal.
Más allá de dicha creencia, estas mujeres se sienten atraídas por la forma de pensar o de actuar de los criminales, de forma que no justifican sus atroces crímenes, sino que más bien estos hacen crecer su interés en ellos.
A menudo escriben cartas a dichos convictos empleando el sistema de correos de las prisiones, y llegan a concertar citas o incluso casarse con ellos.
Uno de los ejemplos más mediatizados fue el de Charles Manson. Famosísimo asesino en serie y caníbal que prometió casarse con Star. Una joven de 25 años que le enviaba cartas desde los 19 años, momento en que decidió mudarse cerca de la prisión donde vivía Charles.
Hasta este momento, la hibristofilia no aparece en los manuales de diagnóstico como trastorno mental. Además, no se trata de una parafilia que se base en un elemento erotizante concreto. Por ello no existe un tratamiento específico.
¿Qué opinión te merece esta parafilia? ¿Crees que se incluirá en algún momento en el manual de diagnóstico como un trastorno propiamente dicho? Déjanos tu opinión al respecto.
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Esta entrada ha sido publicada el 04/03/2021 11:00
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