Seguramente conoces el caso de Caster Semenya, la campeona sudafricana que ha levantado polémicas en todo el mundo por ser “hermafrodita” (cosa que, veremos más adelante, no es del todo preciso).
Ello ha hecho a la IAAF cuestionarse si, al tener órganos masculinos y un elevado nivel de testosterona, es justo que compita junto con otras mujeres. “Si me ponen a Semenya y diez hombres, no sabría decir quién es la mujer”, afirmó la atleta vallisoletana Mayte Martínez.
Y es que, más allá de la reacción que nos puedan provocar este tipo de afirmaciones, lo cierto es el hermafroditismo rompe con las nociones convencionales sobre lo “masculino” y lo “femenino”. Esto causa polémica e inconformidad, a menos que tengamos bien claro el fenómeno.
Por eso, veamos qué es el hermafroditismo y en qué se diferencia de la intersexualidad, otro concepto para describir a personas cuyo sexo no está claramente diferenciado.
El hermafroditismo es la presencia de órganos sexuales masculinos y femeninos en una misma persona. El término “hermafrodita” se aplica, por tanto, a quienes padecen esta condición, ya sean capaces o no de producir gametos (óvulos o espermatozoide).
Aunque el hermafroditismo es una rareza en el reino animal, es algo común en las plantas con flores. Algunos ejemplos de animales hermafroditas son las estrellas de mar, los caracoles, las lombrices de tierra y algunos peces como el payaso. Sin embargo, es muy infrecuente que se fecunden a sí mismos.
Algo importante aquí es que no se considera hermafrodita a los ejemplares que internamente poseen órganos reproductivos de un sexo, pero la apariencia externa de otro sexo. De ahí que el término correcto, en este caso, sea el de “seudohermafrodita”.
El seudohermafroditismo tiene relación con lo que llamamos intersexualidad, un término que, como veremos a continuación, no debe confundirse de ninguna forma con hermafroditismo.
Una persona intersexual es aquella que tiene órganos sexuales de un sexo, pero apariencia externa de otro sexo. Además, su cuerpo no puede producir gametos masculinos y femeninos a la vez.
Un intersexual puede tener pene o vagina, pero sus gónadas corresponden al sexo opuesto. Por ejemplo, tener vagina pero testículos por dentro en lugar de ovarios. Y a nivel genético hay diferencias a nivel cromosómico respecto a una persona sexualmente diferenciada.
Tal es el caso de la atleta Semenya, quien a pesar de ser mujer, carece de órganos internos genitales femeninos y en su lugar tiene testículos internos y funcionales. Y su cuerpo produce 3 veces más testosterona que una mujer promedio. Pero no es hermafrodita, ya que para serlo tendría que tener útero y ovarios además de testículos internos.
Según la OMS, el 1% de la población mundial es intersexual. Estamos hablando aquí de una de cada 100 personas, lo que no es una cifra nada despreciable. Y, según algunas estimaciones, cada año en España nacen 250 personas intersexuales.
De ahí que se hayan aprobado normativas como la Resolución del Parlamento Europeo del 14 de febrero de 2019 sobre los derechos de las personas intersexuales. Esta resolución garantiza que estas personas puedan vivir una persona normal con los mismos derechos que todos los demás.
Hasta aquí, ya sabes lo que es el hermafroditismo y la interesexualidad. Y, sin dudas, tienes más claro el caso de Semenya. Si te gustó, comparte este artículo en tus redes sociales o déjame un comentario para saber tu opinión o cualquier duda que tengas.
Esta entrada ha sido publicada el 11/06/2020 10:30
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