Suena a fiesta, y para algunos lo es. Porque constituye una de las variantes más transgresoras del sadomasoquismo. Y, sin dudas, una poderosa fuente de orgasmos cuando se hace de manera correcta. Por eso, aquí te explicaré qué es el fisting, y cómo practicarlo para conseguir el máximo placer.
¿Qué es el fisting?
La palabra fisting es un anglicismo que proviene de fist (puño). Y hace referencia a la práctica sexual de introducir parcial o totalmente la mano en la vagina o en el ano para estimular esa zona. De ahí que también se conozca como fist-fucking o “follar con el puño”.
Esta práctica, aunque comenzó entre parejas heterosexuales, se ha vuelto muy popular entre las homosexuales e incluso como una forma de masturbación en solitario. En ocasiones, viene acompañada de felación, cunnilingus o del uso de juguetes sexuales como dildos y vibradores.
¿Cómo hacer fist-fucking?
Algo a tener en cuenta, es la necesidad de tomar precauciones antes de hacer fisting o fist-fucking. No se puede forzar la introducción repentina de la mano en la vagina o el ano, ya que podría causar rasguños, hemorragia y hasta náuseas o vómitos.
El cuerpo debe prepararse para esto, así que es muy importante un juego previo con el masajeo o estimulación con la boca de la zona en la que se va a introducir la mano, y luego una penetración gradual. Más todavía cuando se trata del ano, que es mucho más delicado que la vagina.
Además, se recomienda cortarse las uñas y hacerlo con las manos limpias, para evitar el riesgo de infecciones si hay algún rasguño o herida en las paredes de la vagina o el ano. Y nunca olvides utilizar lubricante y utilizar guantes de latex o nitrilo de manga larga.
El proceso debe ser gradual. Después de la estimulación previa, introduces uno o dos dedos (pueden ser cuatro o cinco si se trata de la vagina) y masajeas, manteniendo si es posible la estimulación de otras partes del cuerpo. Luego, cuando veas que la zona se está dilatando y se hace maleable, puedes introducir un dedo más y así sucesivamente. Si todo sale bien, puedes llegar a meter la mano entera sin problemas.
Un buen consejo es pedirle a la otra persona que se relaje. Si aprieta o puja, será muy difícil hacer fisting. Por eso, hay que crear una atmósfera favorable y conseguir que tu pareja alcance un buen grado de excitación y relajación antes de empezar. Puedes probar, si quieres, con un masaje erótico, incienso y música relajante (o estimulante).
Conclusiones
El fist-fucking puede ser placentero, pero también muy doloroso. Por eso, has de tener cuidado y vigilar constantemente la reacción de tu pareja. Si notas que no lo está disfrutando o le duele, lo mejor es parar. Después de todo, aunque es una posibilidad divertida, hay muchas otras alternativas placenteras al fisting.
Hasta aquí, ya sabes lo que es esta técnica sadomasoquista y cómo practicarla. Si te gustó el artículo, compártelo con tus amigas o amigos en las redes sociales, o déjame un comentario para saber tu opinión o cualquier experiencia que hayas tenido.
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