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5 fetiches sexuales que tienes y no lo sabías

Publicado por
Nelson Ochagavía
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Cuando oímos la palabra “fetiche”, nos viene a la imaginación ejemplos extraños y espeluznantes como la hematofilia, el infantilismo parafílico o la necrofilia.

Pero lo cierto es que algunos fetiches son bastante comunes y no tienen nada de malo o anormal. ¡Y hasta puede que padezcas algunos de ellos! ¿Quieres saber cuáles son?

5 fetiches sexuales comunes que puedes tener

1. Sarilofilia

¿Te gusta el sexo sucio? ¿No le ves mucho erotismo a hacer el amor después de bañarse, todo limpios y perfumados? ¿No te gustan esos pornos de baby doll donde todo luce pulcro y perfecto?

Entonces, es muy probable que padezcas cierto grado de sarilofilia. La sarilofilia es uno de los fetiches sexuales más frecuentes, y  consiste en la excitación y el placer con el sexo bien sucio.

Los sarilófilos disfrutan de ensuciar y desaliñar a su pareja. Aunque algunos van más lejos y se excitan al denigrarla. Pero lógicamente hay varios niveles de este fetichismo, así que no digo que seas uno de ellos.

Según expertos, la sarilofilia puede venir acompañada de fantasías de dominación y sumisión.

2. Parcialismo

El parcialismo es el fetichismo por alguna parte del cuerpo que no es precisamente genital: manos, pies, pechos, nalgas, ombligo, axilas, etc. Como ves, este fetiche es bastante común y no tiene nada de malo.

Eso sí, en algunos casos extremos puede influir en la vida sexual de la persona y hasta en la manera en que se comporta sexualmente.

Por ejemplo, hay fetichistas de pies que eligen a sus parejas por la forma de los pies. Y hay quienes no llegan al orgasmo si no se masturban con la parte del cuerpo por la cual se sienten fuertemente atraídos.

3. Claustrofilia

¿Te sientes a gusto en los lugares cerrados? ¿Prefieres tener sexo en espacios reducidos como el automóvil, el baño o un armario. Entonces, es posible que padezcas de claustrofilia.

Como su nombre lo indica, la claustrofilia es el amor (filia) por los espacios cerrados (claustros). Es decir lo opuesto a la claustrofobia. Cuando esta predilección llega a tu mundo sexual, es normal que te excites y sientas mayor placer al tener sexo en espacios pequeños.

Pero ten en cuenta que la claustrofilia no es lo mismo que la claustromanía, que es la tendencia a encerrarse en casa. A los claustrófilos les gusta salir como a todo el mundo, pero prefieren el amor entre paredes.

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4. Odaxelagnia

Si te excitan las mordidas cuando haces el amor, es muy probable que padezcas de odaxelagnia, otro de los fetiches sexuales más comunes y que nada tiene que ver con la hematofilia (el gusto por la sangre).

Simplemente, quienes padecen de odaxelagnia disfrutan de las mordidas y hasta pueden llegar, en casos extremos, a tener orgasmos a causa de una. Algo interesante es que, mientras algunos las prefieren suaves, a otros les excitan bien duras.

Todo esto es bastante natural si lo piensas bien: la presión ejercida por la dentadura sobre la piel, actúa como un masaje concentrado que estimula la circulación y la irrigación sanguínea de las células en dicha zona.

5. Autoandrofilia

La autoandrofilia está muy de moda desde que las mujeres empezaron a conquistar sus derechos. Y se trata de un fetiche bastante común que consiste en el placer y excitación sexual que sienten algunas mujeres al adoptar roles masculinos.

Lo pueden padecer tanto mujeres heterosexuales como homosexuales, y es algo bastante normal que se inspira en el rol tradicional de dominación que han tenido los hombres. Es, en cierto sentido, como jugar a ser el jefe, por lo que usualmente incluye un componente de dominación.

¿Pero qué hacen las autoandrófilas? ¡Solo la imaginación pone límites! Pueden ir desde tomar el mando durante el sexo, hasta vestirse como hombres o usar un arnés para penetrar a su pareja. El caso es que disfrutan mucho de sentirse como si fueran hombres.

Teoría del fetichismo sexual

La teoría del condicionamiento parece explicar bien la dinámica y las causas de esta parafilia. El fetichismo sería la reacción a una forma de condicionamiento sufrida en la infancia.

Una experiencia vivida de niño llevaría al fetichista a desarrollar una asociación entre el deseo o la excitación y un objeto específico. Esta conexión se conservaría hasta la edad adulta.

De hecho, aprendemos a reconocer las características sexuales durante la infancia. Conceptualizar un objeto, que está conectado a la esfera sexual, ayuda a explicar el fetichismo.

Para otras personas, sin embargo, el fetichismo tiene más que ver con el período de la pubertad, especialmente cuando comienzan las prácticas de masturbación.

Si te gustó este artículo y quieres que tus amigos sepan si padecen algunos de estos fetiches, ¡compártelo en tus redes sociales! O déjame un comentario para saber qué opinas sobre todo esto.

Esta entrada ha sido publicada el 12/05/2020 10:30

Nelson Ochagavía

Especializado en redactar contenidos para SEO en agencia de Marketing Online. Me apasionan escribir sobre cualquier cosa de la que tengo conocimiento, me encanta trasmitir esta información para que todo el mundo pueda estar informado, por ello redacto diariamente en varios blogs, alguno de ellos como hobby, como en este.

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Nelson Ochagavía
Etiquetas: fetichessexualidad

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