Sexo con fantasmas…
Parece algo sacado de un filme de terror. Y, de hecho, ha aparecido más de una vez en el cine. Un buen ejemplo es Ghost, que todavía sigue cautivando a los amantes de lo paranormal.
Pero es muy real. Se llama espectrofilia y está clasificado por los psicólogos como una parafilia. Una muy rara, es verdad, pero de la que hay numerosos casos. Algunos tan famosos como el de Carla Morán (también conocida por su nombre ficticio, Doris Bithler).
De ella y otros casos te hablaré más adelante. Antes, te explicaré qué es la espectrofilia y en qué consiste.
¿Te interesa?
¿Qué es la espectrofilia?
La espectrofilia se puede definir de dos maneras.
Una, desde el punto de vista psicológico, como una parafilia que consiste en la atracción sexual por fantasmas o espíritus (entre los más comunes, los súcubos y los íncubos), o por los objetos que se reflejan en un espejo.
Otra, desde el punto de vista fenomenológico, como el encuentro sexual entre los seres de carne y hueso y entidades o presencias del más allá. Un fenómeno que, según sabemos, viene dándose desde la Edad Media aunque posiblemente haya ocurrido toda la vida.
Como parafilia, muchos psicólogos la asocian con la parálisis de sueño, un estado de consciencia entre el sueño y la vigilia en el que te das cuenta de que no te puedes mover.
La parálisis de sueño está asociado con visiones (algunas aterradoras) y una sensación de opresión en el pecho. Cuando se combina con la tendencia a los sueños eróticos, puede dar lugar a un “sueño despierto” en que la persona tiene sexo con una entidad sobrenatural.
Pero no a todos les convence esta explicación. De hecho, muchas personas que han tenido esta experiencia paranormal aseguran que no les ocurrió ninguna parálisis de sueño.
Hay otras explicaciones que no incluyen parálisis de sueño, como la esquizofrenia u otros trastornos mentales graves que pueden inducir alucinaciones muy intensas que resultan muy difíciles de distinguir de la realidad.
Como sea, el fenómeno no parece haber sido muy bien estudiado por la ciencia, al menos hasta el momento. Así que la espectrofilia deja todavía muchas interrogantes por responder.
Casos famosos de espectrofilia
Al principio te mencioné el caso de Carla Morán. En los años ’70, ella aseguró ser víctima de una violación a mano de tres entidades sobrenaturales. Dos de ellas las sujetaban, mientras la más grande la atacaba sexualmente con regularidad.
Esta historia habría pasado desapercibida, de no ser por las lesiones físicas que Carla mostró como evidencia de la violación: mordidas, rasguños, heridas en la zona genital, magulladuras en las piernas, etc.
Así que varios parapsicólogos decidieron estudiar el caso. Una noche, captaron dos extrañas luces alrededor del cuerpo de Carla mientras dormía. Y, por lo que se cuenta, su hijo de 16 años resultó herido tras un ataque de una de las entidades, al intentar ir en ayuda de su madre.
¿Qué se puede decir sobre el tema? No hay un consenso. Pero lo cierto es que, investigado por más de 30 profesionales universitarios, el caso de Carla Morán no solo es el más conocido, sino el mejor documentado de espectrofilia de la historia.
Pero hay otros casos famosos, como el de la modelo y actriz norteamericana Anna Nicole Smith, y el de la ucrania Natasha Blasick. Ambas aseguran haber sido visitadas por entidades del más allá. Y Rhonda Baron, una mujer de Arlington, Virginia, aseguró ser visitada todas las noches por el fantasma del cantante Jim Morrison.
Si a ello sumas la gran cantidad de historias registradas de espectrofilia desde la Edad Media, tenemos todo un fenómeno que, dejando de lado nuestras opiniones personales, quizás debería ser estudiado un poco mejor.
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