La sexualidad es un concepto muy amplio a pesar de que existen una serie de aspectos que se aplican a la mayoría. No obstante, hay algunas conductas o pensamientos que escapan a esa generalidad y se les consideran como diferentes tipos de parafilias.
En este mismo blog, en un artículo pasado abordamos las diferencias entre filias y parafilias, pero hoy nos estaremos enfocando en las parafilias más comunes. En este análisis encontrarás una lista de los principales tipos de parafilias.
Para comenzar, te explico que las parafilias se entienden como desviaciones en las conductas sexuales que inducen a las personas a ejecutar actos irracionales. Por ejemplo, incluir objetos, animales o personas en contra de su voluntad en las relaciones sexuales.
Es un deseo imposible de controlar, que supera la voluntad de las personas. Por lo general, quienes padecen algún tipo de parafilia no buscan tratamientos psicológicos. Terminan incorporándolo como una condición normal de su vida íntima, lo que al resto de la sociedad puede parecerle algo extravagante e inentendible.
Eso sí, hay algunos tipos de parafilia que por el daño que provocan en otros están penados por ley.
La parafilia tiene tres grados de gravedad: leve, moderada o severa. En el primer grupo están las que muy pocas veces se expresan o manifiestan. Luego están las que generan conductas más explícitas, pero aún controladas. Y, por último, hallamos aquellas que dominan por completo la voluntad y la vida de las personas.
Veamos entonces una lista de las parafilias más comunes:
Sienten placer o éxtasis al mostrar sus genitales a otras personas, habitualmente por sorpresa. Otra forma de exhibicionismo es masturbarse en público, en cualquier caso, la mayor satisfacción es observar la reacción de las personas.
El exhibicionismo a veces puede pasar imperceptible, pues dependiendo del grado, incluye conductas como enseñar gran parte del cuerpo sin ropa o provocar que los demás miren y noten la presencia del exhibicionismo.
Se desarrolla como un juego sexual en el que se incluyen golpes o restricción de los movimientos de la pareja. Puede incluir humillado o cualquier tipo de vejaciones, de modo que se satisfagan los deseos de ser dominados o dominar.
Se divide en dos roles, dominante y dominado.
El masoquista halla en el dolor físico y emocional la excitación y el placer sexual. También es posible que busque la humillación social como medio de gratificación. El que padece de masoquismo siente excitación al ser golpeado, humillado o sometido.
Por su parte, el sádico sexual encuentra la excitación en la sensación que se genera al someter física o psicológicamente a otra persona.
Es la necesidad de incluir en el sexo elementos por los que se tiene alguna obsesión. Un ejemplo muy común son los zapatos de tacón.
En este caso, lo equivocado es el objeto sobre el que se origina el deseo sexual. No se produce sobre una persona, sino que se enfoca en algo inanimado.
El travestismo es uno de los tipos de parafilia fetichista, aunque algunos lo consideran como una parafilia adicional. En él, la persona se excita al usar prendas de vestir tradicionalmente definidas para el sexo opuesto. Esto solamente se considera una patología cuando provoca ansiedad en quien lo tiene y le impida desarrollar una vida normal.
Puede ser algo que solo se quede en la imaginación o que se lleve a la práctica real, las personas necrófilas gustan de los cuerpos quietos. Siendo exactos, logran el verdadero placer al tener sexo con cadáveres. Algo que es una realidad difícil de entender y que es penado por ley en muchos países.
Quienes que padecen de esta parafilia se excitan con el riesgo o la acción de ser descubiertos espiando a otros. Se las arreglan con el fin de observar gente desnuda o teniendo sexo sin su consentimiento y muchos se masturban mientras miran, pero siempre bien escondidos.
Lo principal de este comportamiento sexual es asfixiar al compañero o ser asfixiados por este mientras se produce el sexo. La presión debe ser suficientemente fuerte para excitar y generar la sensación de asfixia sin provocar daño verdadero. Hay que estar muy atentos a la reacción de quien es asfixiado para evitar accidentes.
A diferencia del voyerismo, esta parafilia provoca placer al mirar abiertamente a otros cuando mantienen relaciones sexuales. Está también el caso de los que logran el clímax observando a su pareja en la cama con una tercera persona.
Es quizás el tipo de parafilia más repudiada por todas las sociedades y es considerada un delito en la mayoría de cultura y naciones. Las personas pedófilas sienten excitación sexual con niños.
Algunos se conforman con imaginar esa situación, pero otros van más allá al consumir pornografía infantil o ejecutar ataques sexuales contra menores de edad.
A este grupo pertenecen los que en cualquier lugar público frotan sus genitales contra otras personas. Por lo general, buscan sitios con grandes aglomeraciones como metros, autobuses o filas de espera; ahí aprovechan el poco espacio para apoyar sus miembros en sus víctimas.
En este caso la excitación sexual se vincula con animales. Sin embargo, se puede diferenciar la zoofilia como la atracción sexual y el bestialismo como la ejecución del coito con animales. En muchos países es ilegal, pero en otros no existe una legislación clara al respecto.
Hay personas que padecen de parafilias asociales que se sienten víctimas de sí mismos y los que buscan ayuda profesional siguen tratamientos para controlar las posibles crisis compulsivas. Estas son la causa de múltiples delitos asociados con las parafilias.
También hay que señalar que muchos comienzan a padecer diferentes tipos de parafilias por la necesidad de demostrarse que tienen el poder. O por el deseo o la adrenalina que se genera de comprobar que se puede correr riesgos y salir victoriosos.
Los diferentes tipos de parafilias han estado en toda la historia humana y se les definía como perversión. En el caso de que tu parafilia te comience a afectar a ti o afecte a terceras personas, debes buscar ayuda de profesionales de la salud mental.
Esta entrada ha sido publicada el 15/09/2022 11:00
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