El clítoris es un eje de tejido nervioso (8.000 fibras) que en erección puede llegar a medir varios centímetros. Su estimulación hace que se hinche llenándose de sangre debido a su gran sensibilidad. Tiene forma de “Y” invertida. Tiene un tronco y dos piernas o raíces que recorren la vulva y la vagina por ambos lados.
La zona que habitualmente denominamos clítoris es sólo la parte externa, el glande y capuchón del clítoris, en la zona superior de los labios de la vulva. Pero el clítoris se extiende también por la parte interna (de hecho es más interno que externo). Sus cuerpos cavernosos se dividen dentro de la vagina. Forman un eje con el punto G, llegando hasta el perineo.
La estimulación del clítoris suele resultar muy satisfactoria, de hecho su única función es proporcionar placer. Además, existe en muy pocos seres vivos y los seres humanos son de los pocos animales que lo tienen ubicado fuera del canal reproductor, por lo que se sabe que no está vinculado con la reproducción humana. Ahora te diremos algunas formas de estimular el clítoris.
Es casi intuitivo. La suave yema del dedo anular se desliza circularmente por encima del capuchón, ganando en intensidad conforme la excitación aumenta. Serpenteando sobre y entre los labios, para volver a un glande abultado con el que, aplicando más velocidad y presión, se alcanzará uno de los orgasmos más habituales.
Hay muchas mujeres que se deleitan con el simple pulso de la yema de su dedo sobre el clítoris, variando la presión y la velocidad, como si estuviesen oprimiendo una tecla de una máquina de escribir. Aunque, lo cierto es que esta suele ser una fase consecuente al masaje circular, como colofón masturbatorio a las puertas del clímax.
No es muy común que esta sea una técnica continuada para estimular el clítoris. Más bien, se trata de un modo de iniciar la estimulación y recrearse en el camino al orgasmo, si bien, a veces se alcanza con palmadas muy rápidas de corto recorrido. No se trata de abofetear vuestro sexo, en realidad las palmaditas se dan con los dedos, no con la palma de la mano, la cual se apoya sobre el pubis.
Si ya has identificado tu Punto G, debes tener un montón de contraseñas con las que iniciar las más intensas sesiones. Porque encontrar esa zona rugosa, áspera o estriada, es abrir un mundo nuevo de posibilidades sensuales al gozo erótico. Y si aún no lo has descubierto, simplemente, siéntate e introduce tu dedo anular unos tres centímetros, hasta que notes una textura distinta, con pequeños pliegues. A partir de aquí, prueba a masajearlo en círculos y de arriba abajo, variando la presión y velocidad.
Los vibradores de clítoris son los juguetes sexuales más vendidos del mundo. La razón es doble: de un lado, la estimulación totalmente externa es la que provee orgasmos con mayor facilidad. Por otro, hay un número considerable de mujeres que disfrutan, pero no se deleitan con las vibraciones internas. Por eso, normalmente el primer vibrador que se adquiere suele ser uno pequeño y de uso externo.
Esta entrada ha sido publicada el 30/07/2021 10:30
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