La producción cinematográfica de todos los tiempos ha estado matizada por las peculiaridades del comportamiento humano. Por ello, no es extraño que cine y fetiches hayan ido de la mano desde las producciones más incipientes, como un enfoque atípico de la naturaleza humana.
No podemos negar que las muestras de la naturaleza retorcida y perversa del ser humano nos atraen como insectos a la luz, cuando se trata de disfrutar de un filme. Y a menudo los fetiches de los directores se muestran, a veces de forma más velada o directa, a lo largo de sus producciones:
El sadomasoquismo es sin dudas uno de los fetiches más populares en el cine. Y ha ganado muchísima aceptación entre el público últimamente gracias a 50 sombras de Grey. Sin embargo, desde filmes como Secretary (2002), El imperio de los sentidos (1976) ya se venía explorando el tema.
Y si hablamos de una Guía Completa o manual para el Sadomasoquismo, no podemos dejar de lado los filmes inspirados en la obra del Marqués de Sade Saló o los 100 días de Sodoma (1975) y Eugenie (1969).
Quentin Tarantino también exhibe una obsesión los pies femeninos, aunque no vengan a cuento en la trama, con su momento cúspide en From Dusk till Dawn (1996). En que Salma Hayek seduce al personaje que interpresa Tarantino con un baile, para luego derramar una bebida por sus piernas y hace que él la beba directamente de sus pies.
En Knight of Cups (2005) y Lolita (1997) también hay claras escenas que evocan la sensualidad asociada a esa parte del cuerpo.
Aunque el voyeurismo, o el placer al espiar a otras personas mientras tienen sexo, se ha visto de forma velada en todos o casi todos los géneros del cine. Hay tres películas que destacan por enfatizar o girar en torno a este fetiche: Doble de Cuerpo (1984) de Brian de Palma, en que un actor con claustrofobia comienza a espiar a su sensual vecina por las noches.
Blue Velvet (1986) de David Lynch, un filme repleto de escenas donde se espía sin ser visto. Y por último la película Monella (1998), que muestra escenas de voyeurismo y exhibicionismo,
El exhibicionismo es un término más conocido fuera del mundo del fetichismo, y que implica obtener gratificación y excitación sexual al insinuarse o mantener relaciones sexuales ante una audiencia, que puede varias entre una o más personas.
Teenage Cocktail (2016) enfoca este fetiche desde el modelaje webcam de una pareja de chicas adolescentes. Little Ashes (2008) que versa acerca de la vida del joven Salvador Dalí también tiene su nota de exhibicionismo.
La atracción por los criminales más buscados también se ha representado enormemente en el cine. Desde la icónica trilogía de El Silencio de los Corderos, en que la detective Clarice termina involucrada con el caníbal Hannibal Lecter.
Hasta uno de los filmes estrenados en Netflix que cuenta con la actuación estelar de Zac Efron, inspirada en la vida de uno de los criminales más letales de todos los tiempos y la atracción indiscutible que hacia él sintieron muchísimas mujeres: Extremely Wicked, Shockingly Evil and Vile (2019).
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Esta entrada ha sido publicada el 18/03/2021 11:00
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