En miles de ocasiones hemos escuchado o leído sobre las sorprendentes propiedades afrodisíacas del chocolate. De hecho, no faltan quienes aseguran utilizarlo para sustituir el sexo, ya que produce sensaciones casi orgásmicas en el cuerpo.
¿Pero cuál es la parte de mito y cual la de realidad? ¿Qué tan afrodisíaco es el chocolate? ¿Y cuáles son sus verdaderos efectos en el organismo? Si quieres saberlo, aquí te hablaré sobre lo que dice la ciencia al respecto. Pero antes, analicemos cómo el chocolate ganó semejante fama.
Para conocer el origen de todo lo que nos dicen sobre el chocolate, hemos de remontarnos al México del siglo XVI. Cuando el conquistador Hernán Cortés llegó a lo que en aquella época era el Imperio Azteca, descubrió una bebida hasta entonces desconocida en Europa, que se tomaba mezclada con agua, maíz, miel y especias diversas.
¿Sabes cuál era? En efecto, el chocolate. Esta bebida era cosa de nobles y guerreros, y su consumo muy frecuente en los grandes festines imperiales. De hecho, las crónicas nos relatan que el emperador Moctezuma, aunque no era de abundante comer, si tomaba varias tasas de chocolate. Y lo hacía justo antes de retirarse a su harem.
De ahí que los europeos empezaran a sospechar que se trataba de un afrodisíaco, fama que se ha conservado hasta nuestros días. Y no son pocos los nobles y personalidades europeas que han acudido al chocolate como potenciador de la lujuria. Se sabe, por ejemplo, que Madame de Pompador, amante de Luis XV, lo utilizaba para “calentar sus pasiones”
¿Pero que nos dice de esto la ciencia? ¿El chocolate es realmente un afrodisíaco poderoso? La respuesta de los científicos que han hecho estudios al respecto es “sí, pero no como dice la gente”. Es decir que tiene poderes afrodisíacos, pero no tan intensos como para desatar una noche de pasión o, como desean algunos, sustituir al sexo.
La razón de esto es que contiene feniletilamina, un compuesto que libera oxitocina y endorfinas, hormonas relacionadas con el bienestar, la felicidad y la conexión emocional. Estas son las que se liberan cuando estamos disfrutando de una actividad que nos gusta mucho, recibimos una noticia realmente buena o estamos enamorados.
Pero la intensidad de los efectos de la feniletilamina, al menos en las cantidades en que está presente en el chocolate, no es tanta como nos hacen creer. En otras palabras, tus orgasmos no van a ser mejores por ello. Y, lógicamente, de nada sirve hartarnos de chocolate, porque no conseguiríamos otra cosa que un terrible dolor intestinal y una noche en el baño.
Sin embargo, se sabe que hay algo que sí influye intensamente en el deseo y excitación sexual cuando de chocolate se trata. Y eso es la autosugestión o, como lo llamarían los médicos, el efecto placebo.
Si alguien está realmente convencido de los efectos afrodisíacos del chocolate, su mente se encargará de demostrárselo disparando la excitación y el placer. Pero igual podría ocurrir con un filme porno, un buen juego previo o la lectura de un poema erótico.
Eso sí, nadie puede negarnos que invitar a alguien a tomar chocolate es una experiencia muy satisfactoria. Así que no dudes en hacerlo cuando se presente la ocasión.
Hasta aquí, lo que dice la ciencia sobre el chocolate. Si te gustó el artículo, compártelo en tus redes sociales, o déjame un comentario con tu opinión o contándome cualquier experiencia que hayas tenido con este afrodisíaco.
Esta entrada ha sido publicada el 20/05/2020 10:30
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