Es cierto que las mujeres tienen menos orgasmos que los hombres, y el porciento más bajo corresponde a las féminas heterosexuales. Pero, ¿sabes en realidad qué es la brecha orgásmica?, ¿cómo se manifiesta y cómo puede superarse?
Se trata de un tema que, a pesar de haberse enfocado mayormente desde el feminismo, debe ser también conocido por los hombres heterosexuales y bisexuales, a quienes les interesa que sus parejas experimenten orgasmos a la par que ellos.
El concepto de brecha orgásmica apareció hace unos 4 años, cuando un estudio llevado a cabo por varias universidades norteamericanas se interesó en explorar la diferencia de la frecuencia de los orgasmos entre sexos.
Los resultados de dichas investigaciones exhibieron los siguientes datos:
Como habrás notado, los hombres ocupan los primeros puestos, sin importar su orientación sexual. Pero te aseguramos que no se trata de un factor biológico lo que favorece estos resultados. Sino que tiene que ver sobre todo con aspectos socioculturales que provocan tal desequilibrio en la balanza del placer.
Sobre ello comentamos con mayor detalle a continuación.
La brecha orgásmica se establece debido al aprendizaje sociocultural. Existen toda una serie de conceptos que favorecen que las mujeres tengan menos orgasmos que los hombres.
La cosificación del cuerpo femenino, convirtiéndolo en un mero objeto de deseo ha hecho que nuestro placer quede en segundo plano, siendo obviado incluso por nosotras mismas. Hemos aprendido a ser complacientes, sumisas y a ignorar nuestros deseos.
El coitocentrismo es también gran parte del problema. Pues la sociedad ha enseñado al varón que la intimidad y el sexo deben girar alrededor del coito, y que un encuentro sin penetración estará incompleto.
En algunas ocasiones, se obvia gran parte de la estimulación necesaria para que las mujeres nos excitemos, pasando directamente a la penetración en cuanto existen indicios de lubricación.
Un error muy común es pensar que la brecha orgásmica aparece porque existen mujeres frígidas o anorgásmicas. Es decir, que no tienen la capacidad de tener orgasmos.
Cuando en realidad las mujeres que no tienen orgasmos sencillamente carecen del suficiente autoconocimiento, en ocasiones rechazan su propio cuerpo o incluso puede que hayan tenido vivencias de violencia sexual que luego se manifiestan en las reacciones de su organismo.
La brecha orgásmica puede superarse, pero para ello se requiere de la cooperación tanto de las mujeres, como de los hombres:
Las niñas y adolescentes necesitan una educación sexual desde la perspectiva de género que elimine conceptos como el coitocentrismo, el falocentrismo y la genitalización. Es importante hablar del placer femenino y de las muchas maneras en que este se puede alcanzar.
Como adulta, resulta esencial que entierres todos esos aprendizajes errados que más que hacer daño a tu pareja, te hacen daño a ti misma. El no tener orgasmos no solo limita el sentirte plena en tus relaciones sexuales, sino que además puede generarte un gran malestar en las mismas y tener repercusiones a largo plazo en tu respuesta sexual.
Por ello, debes trabajar en la reivindicación de tu derecho al orgasmo. Empieza por plantearte qué problemas adviertes en el contexto de tu relación y buscar ayuda para superarlos.
Aunque ya vemos mucho contenido sobre la masturbación femenina en las redes sociales y el Internet, somos muy pocas las mujeres que hablamos con nuestras amistades cercanas o incluso con nuestra pareja sobre este tema.
En el mundo no virtual aún se siente mucha vergüenza de tratar el tema de la masturbación. Esto lacera el autoconocimiento que tenemos de nuestra anatomía del placer. Por tanto, es importante que te liberes de todo tabú al respecto, y comiences a explorar las distintas maneras en que puedes obtener placer más allá de la forma en que lo logras con tu compañero sexual.
Si estás sola, es un buen momento para invertir en algunos juguetes sexuales, y si estás en pareja también. Tu compañero no tiene que sentir que lo estás sustituyendo, simplemente estás enriqueciendo la experiencia de la intimidad. Piensa que, a medida que descubres cuáles son los puntos clave hacia el orgasmo en tu caso particular, puedes ir instruyendo a tu pareja para que sea cómplice de tu goce.
Todas hemos fingido al menos un orgasmo. Ya sea por cansancio, por incomodidad, o porque sencillamente no teníamos tantas ganas de tener sexo, pero no queríamos decepcionar a nuestro compañero.
Muchas lo hemos hecho para satisfacer a nuestra pareja, para proyectar una imagen de disfrute, por miedo al abandono, complacencia o insistencia, son múltiples las causas por las que las féminas hemos fingido uno (o más) orgasmos.
Hemos llegado al punto en que, a pesar de no tener uno, el hecho de darle placer a nuestra pareja nos aporta el goce suficiente como para sentir que ha valido la pena. Pero, ¿por cuánto tiempo seguirá siendo así?
Decide no fingir un orgasmo nunca más, y comienza a luchar por tu satisfacción en cada encuentro sexual. Para ello, olvida toda timidez y pide por esa boca lo que te hace gozar.
Créenos cuando te decimos que a los hombres les enciende más seguir instrucciones, saber que lo están haciendo bien, que ir a ciegas y quedarse con las dudas de si tu orgasmo ha sido verdadero o fingido.
Esperamos entonces que, ya seas hombre o mujer, hayas tomado conciencia del concepto de la brecha orgásmica y cómo puedes combatirla. Aunque estos consejos los hemos orientado hablando a las mujeres, si eres hombre te animamos a que preguntes a la chica en tu vida sobre este tema.
Esta entrada ha sido publicada el 17/08/2021 11:00
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